Con la urbe al cuello
El hombre y
su entorno, un dilema que todos afrontamos siendo protagonistas inconscientes
de historias que de lo individual alimentan la vida del colectivo. Krispin
posee la sensibilidad de todo escritor ante el mundo que lo rodea, puede
convertir lo cotidiano en una gran aventura, los pequeños detalles en grandes
interrogantes, embrollos en situaciones hilarantes.
Eloy
Montáñez es el protagonista de Con la
urbe al cuello, un profesor amante de las letras y cuidador incansable del
buen uso del idioma de Cervantes, un mortal
ante el mundo que se ha rebelado contra él.
La historia
del personaje en cuestión se desarrolla a través de relatos breves, cuentos que
adquieren el carácter de capítulos que se van encadenando, eslabones que
presentan la vida peculiar y cautivadora de Montáñez. Un hombre que lo ha
tenido todo y que debe afrontar la prueba más grande de su vida, la separación
de cuerpo y pensamiento por parte de Alexa, el amor de su vida, su amiga y amante,
esposa y madre de sus dos hijas, la desconocida que ahora lo rechaza.
Mientras el
fantasma de la separación lo acecha Montáñez nos va contando sus aventuras y
desventuras. Su escape a las playas de la Isla de Margarita, su conversación
con el profesional del volante que tiene contactos con extraterrestres, el
banquero homosexual que odia a muerte a los machistas, son algunas de las
situaciones que enmarcan los divertidos relatos que componen tan entretenido
libro.
Más allá de
las peripecias irreverentes e hilarantes en el libro también existen espacios
para el despertar del lector ante la sociedad a la cual pertenece. Denuncias que ponen sobre
la mesa la degradación del idioma, la inconformidad ante los cambios
autoritarios y sin sentido por aquellos que tienen la decisión de las mayorías
en sus manos, los excesos de la cultura pop y los peligros que rodean a la
juventud ante la pérdida de orientación adecuada.
La
musicalidad del lenguaje de Karl Krispin es un aspecto destacable, su narración
transporta emociones que se siembran en la psiquis del lector, fácilmente nos
convertimos en la voz cantante de lo que ahora, en su lectura, es nuestra nueva
vida. “Sucede que todo se resumía a
cuando tu abrieras los ojitos y te sonrieras a media. Pasa que ya no te
descubro y me cuesta sólo atender un inútil reloj-despertador que poco me consuela
con sus alarmas. Pasa que siento miedo amaneciendo conmigo mismo. Pasa que no
soporto mis arrugas en soledad. Sucede que la noche me hace temblar sin tu
respiración”.
Con la urbe al cuello es una de esas obras que el tiempo
se encargará de enarbolar, dejando a la luz a uno de los más interesantes
escritores de nuestros días.
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