Así que pasen cien años
La crónica,
como nadie, ha descrito el submundo que
cohabita con la realidad, despertando pesadillas y anhelos en lo cotidiano.
Hoy, la crónica ocupa un lugar importante en el universo de las letras, grandes
escritores han pasado a la posteridad dejando huella que terminan siendo las
grandes referencias de hoy y del mañana. Elisa Lerner es una de ellas.
El sello
Editorial Madera Fina trae Así que pasen cien años, un conjunto de
crónicas escritas por Lerner a lo largo del tiempo, desde 1969 hasta nuestros días,
todas ellas rescatadas de las diferentes fuentes donde fueron originalmente
publicadas , tanto de libros colectivos como de publicaciones periódicas: Una sonrisa detrás de la metáfora, Yo amo a
Columbo o la pasión dispersa, Crónicas ginecológicas, Carriel para la fiesta,
En el entretanto, El papel literario, El sádico Ilustrado y Zona
Franca entre otros.
Con habilidad
Lerner abre las puertas ocultas, demostrando una complejidad invisible a simple
vista: la moral de las tiras cómicas, las artes y su impacto en la sociedad, el
venezolano de hoy en día, el oficio del escritor y otros ángulos más
pertenecientes a nuestra humanidad.
Vale decir
como dato curioso que en Así que pasen
cien años aparece la primera nota publicada en nuestro país que menciona a
Julio Cortázar novelista.
La
Editorial Madera Fina hace un digno y lindo homenaje en vida a una dama que ha
hecho de las letras un arte de instinto agudo, lleno de humor, inteligencia y
sinceridad.
“Hay algo terrible, irónico y aleccionador en
la tira cómica protagonizada por Mafalda. Por instantes, a falta de honestidad
y valentía por parte de los dirigentes políticos— ¡oh vietnamitas, checos, israelíes
y brasileños! — pareciera que toda la lucidez y
crítica del mundo, ha quedado relegada a unos párvulos que, en calles de
cuadriculado pavimento, se sientan al borde de la vereda.”
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