Happening
El happening es para mí una especie de « dominio del objeto», una tentativa de atraparlo en
flagrante delito: esto requiere una gran precisión en la búsqueda de sus
particularidades, errores, delitos, peripecias, detalles ocultos y enmascarados.
Es necesario tener intuición para descubrir la pista adecuada y al mismo tiempo
una perseverancia inaudita para juntar con gran trabajo los detalles y las
informaciones poco significativos. Todo este proceso se parece a una
instrucción judicial que reúne pruebas materiales.
Tadeusz Kantor
Un hombre
encerrado en sus pensamientos, absorto en un combate silencioso con su
conciencia no se percata del camino mientras conduce, un impacto y luego la
huida, ha comenzado Happening.
Gustavo
Valle construye una historia compleja, que va de la novela negra al documento
histórico. Inspirado en el teatro de Tadeusz Kantor se desarrolla una
inquietante historia de fugas, engaños, sueños y posturas.
Álex Kantor
es el personaje principal que de forma no culposa acaba con la vida de un
hombre sin rostro y sin nombre, que al igual que el happening pasa de ser un simple elemento a ser también
protagonista.
Kantor
lidia con el miedo y ese camino lo lleva a toparse con personajes tan oscuros
como su fachada, está obligado a mentir para preservar su anonimato y libertad.
Deja una vida derrumbada por la rutina, un matrimonio desgastado por la
violencia disfrazada que trae la cotidianidad con la llegada de las
obligaciones, una pequeña hija a la espera de un padre que ahora es un fantasma.
En Happening también se expone el choque de
los ideales, sus enfrentamientos armados y consecuencias al hacer referencia al
único bombardeo sistemático realizado en Venezuela en un sector llamado Los
Changurriales en 1982 contra un pequeño grupo de guerrilleros, esto llega al
relato a través de la memoria de un personaje que se hace llamar “Morocho”, hermano de uno de
los ejecutados en esa operación de “saneamiento” del pensamiento comunista.
En otros
pasajes se puede observar la similitud de nuestra actual Caracas con una de las
peores ciudades en Rusia, ambas víctimas de sueños ególatras uniformados:
La coincidencia no le hacía ninguna gracia. Que existiese semejante
museo donde antes había un gulag era una broma bastante amarga, y se detuvo a
pensar en un paralelismo en el que no había reparado: Norilsk-Caracas, ciudades
cerradas a su manera. Hostiles. Violentas. Dos lugares en los que quedarse,
irse o volver siempre es complicado.
Al igual el lector
se puede topar con cierto sentido del humor del narrador que con elegancia expone
sus pensamientos sobre el mundo creativo y literario:
Ella se sorprendió de que en aquel
tugurio hubiera alguien con una mínima sensibilidad artística, y le
confesó que su actividad preferida era leer poesía. Álex le preguntó si también
escribía poesía, porque según su parecer quien leía poesía terminaba
escribiendo poesía para después acabar en un estrepitoso fracaso económico.
Ella respondió que sí, que a veces, que no exactamente, que más bien…
—Leer poesía es nacer con los ojos abiertos—concluyó—, y
escribirla es cerrarlos y mirar a un abismo.
Álex pensó: chica intensa, algo que solo puedo tolerar en personas
menores de diecinueve años.
En otros pasajes en Happening se pone en evidencia la fuerza
narrativa del autor en contundentes imágenes:
Se
detuvieron en un mirador para contemplar aquellas aguas mansas encerradas como
en un cofre. Imaginó que el golfo había sido producto de un cataclismo. Le
fascinaban los cataclismos y pensó que la vida no era más que la última etapa
de una eficaz máquina de muerte. El golfo, ese edén consecuencia de una
hecatombe. Y era precisamente ese doble atributo de vida y de muerte lo que le
otorgaba ese aire de maravilla y quietud aterradora.
Álex Kantor representa a todos aquellos que
por complacer a los demás pierden su identidad en el tortuoso y largo camino de
las frustraciones.
Happening
fue la ganadora del premio Transgenérico novela
2013.
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